1 Jn 2, 3-11; Sal 95; Lc 2, 22-35.
“Conocemos a Dios si cumplimos sus mandamientos”
No debemos olvidar que en estos últimos días del mes de diciembre venimos leyendo la primera carta del apóstol san Juan, que es un canto al amor. Ayer nos presentaba el primer criterio de conocimiento y amor a Dios: vivir alejados del pecado. Hoy nos habla de un segundo criterio. “vean como sabremos que lo conocemos: si cumplimos sus mandamientos” (v 3). Y los mandamientos se sintetizan en la Caridad. El conocimiento de Dios pasa por la caridad. “El que ama a su hermano permanece en la luz y no hay en él causa de tropiezo. En cambio, quien odia a su hermano está en las tinieblas y camina en tinieblas; y no sabe a dónde va, pues las tinieblas lo han cegado” (vv 10-11).
El apóstol san Juan aprendió muy bien la lección del amor, como lo más importante y como lo único que merecía enseñarse e insistir. Aquí tienes una pequeña historia de verdadero amor. Una turista en la India visitó una leprosería. Al ver a una enfermera curar a los leprosos exclamó:
Eso no lo haría ni por un millón de dólares.
Y la enfermera respondió: Yo tampoco. Lo hago gratis
En la presentación de Jesús al templo, su madre María, manifiesta el amor profundo por su hijo y por nosotros. Ella sufrirá al ver a su hijo en la cruz por nosotros. El amor de María será la cruz de su hijo. Quien ha conocido a Dios, que es amor, es imposible que no ame. El mejor medio de conocer a Dios es amar mucho, decía V. Van Gogh. María amó mucho y nos enseña a amar como ella.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jorge Pedrosa Pérez, C.M.
0 comentarios