Jesús se educó, creció y maduró en el seno de una familia humana, pero no se limitó a sus lazos afectivos. Más allá de ellos, su misión sólo estuvo determinada por el deseo de cumplir la voluntad del Padre. Así inauguró una familia universal, no basada en los vínculos de la carne y de la sangre, sino en los lazos de la fe.
Una feliz navidad para ti y que la Palabra hecha carne nos siga iluminando en el nuevo 2016.
¡Caridad y Misión!
Chuno
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