Día de Oración y Ayuno Vicentino: martes 27 de octubre de 2015

por | Oct 27, 2015 | Reflexiones | 0 comentarios

lynn

Día de Oración y Ayuno Vicentino
martes 27 de octubre 2015
Año de la Vida Consagrada
Escuchar – El Ayuno y el Perdón – Vida y Viaje Vicentinos – Carisma Vicentino

Querida Familia Vicentina: Siempre es una bendición maravillosa el compartir y el orar por la familia. Espero que oremos todos por cada miembro y por nuestra familia vicentina en todo el mundo. Si usted es como yo y muchos otros Vicentinos, que recibimos muchas peticiones de oración, pero a menudo no recordamos el nombre de la persona por la cual orar, pues entonces ore por todos y cada uno de los vicentinos. Un amigo me dijo que escribiera todos los nombres de las personas por las cuales debía orar, en la palma de las manos, y durante el tiempo de oración levantara las manos a nuestro Señor y Él sabrá quienes son. Por favor oren por nuestros jóvenes, sacerdotes, obispos, diáconos y nuestro querido papa Francisco. Pido oraciones especiales para 2 personas queridas que están sufriendo: Kama y Marisol y amigos. Por favor, también oremos por el descanso del alma de un querido amigo y benefactor de la SSVP, Judith en Calgary. Por nuestra voluntad de ser sus testigos para el mundo y para con los demás, roguemos al Señor. Reciban la gracia de Dios; va a estremecer vuestro mundo. ¡Amén!

Escuchar – Dedique tiempo cada día para la tranquilidad. Es en la quietud que se puede escuchar la voz de Dios. Tómese cinco minutos al día para desconectarse de todo; cierre la sesión, y desconéctese. En pocas palabras, descanse en la presencia de Dios y usted será recompensado con su palabra. Sobre todo lo que podemos hacer en la vida es ser quienes somos. Tómese el tiempo para escuchar a Dios. Profundice usted mismo todos los días en su ser maravilloso y pídale que le guíe. La clave es tomar el tiempo para escuchar. Aprendamos de nuestro silencio e intimidad con Él. Nada es demasiado grande o difícil. Él nos ama incondicionalmente y Él quiere enseñarnos a amar a los demás incondicionalmente. Mientras que usted está escuchando en su esquina pacífica de oración, hable con su madre, nuestra madre María. Pidámosle por su intercesión y por la intercesión de los santos. Mis favoritos son el Beato Federico Ozanam, San Agustín, San Francisco, Santa Teresa y San Vicente de Paúl. Escuche en silencio sus respuestas a sus oraciones a sus flameantes necesidades. Disfrute del silencio y la conversación con nuestra familia celestial; será bendecidos abundantemente por este silencio.

El Ayuno y el Perdón – querer y necesitar el perdón es un viaje a la santidad. Ayuno por nuestra santidad que va de la mano con el perdón. Estos dos ingredientes son diferentes, pero traen grandes resultados. Cuando ayunemos, hagamos del ayuno una experiencia sagrada, no nada más una experiencia. Usted puede ayunar de lo que quiera, pero un buen ayuno en la alabanza de nuestro Señor, es el ayuno de la ira, de los insultos y de los chismes. Un buen ayuno para la familia y los amigos es dejar de lado el teléfono celular para tener una conversación real. Veamos lo bueno en otros y perdonemos siempre, incluso al peor enemigo y oramos por ellos. Es la manera del Señor. Realmente somos un pueblo santo, llamados a servir y tratando de ser más santos cada día. Nadie dijo que sería fácil. Recordemos que todos somos pecadores. Por la misericordia de Dios, lo que era malo es redimido. Nuestros pecados, cuando los lamentamos, nos llevan a la redención de Cristo. Nuestra necesidad de perdón, así como nuestra necesidad de perdonar, se convierten en nuestro camino de la santidad. Haga que todo gire alrededor de nuestro Señor y Redentor y verá lo bueno que es cuando el cuida de nuestras cosas.

Cuanto más ayunamos y perdonamos, nuestra fe aumenta. Cuanto más confiamos en Jesús, más nos acercamos a la santidad y a la salvación.

Vida y Viaje Vicentinos – Cuando vamos adelante a visitar y a servir a los necesitados, estamos viajando hacia Nuestro Señor. Dios está con nosotros en cada paso del camino. Una parte del viaje está en el recoger los regalos de nuestros benefactores. Cada uno, grande o pequeño, es importante. Reunimos estos regalos para distribuirlos a todos los necesitados que tenemos ante nosotros. Nosotros no acumulamos, sino que damos de buena gana y con generosidad. No juzgamos y nuestra función principal es ayudar a levantarlos de su pobreza. Todo lo que tenemos viene de Dios y nuestro viaje nos lleva a ayudar al quebrantado, al necesitado, al indefenso Jesús. Debemos ver a Jesús y debemos ser siervos como él. Es posible que no aprobamos algunas cosas que veamos en la casa que visitamos, pero lo importante es que veamos el rostro de Jesús y llevemos sus dones con amor. Este viaje que tomamos para visitar a los prisioneros, a los que sufren de adicciones, a las personas sin hogar y a los que moran en la pobreza, es una peregrinación. Es un viaje evangélico que es esencial para nuestra vida vicentina atendiendo el llamado a servir a Cristo en los más necesitados. Él nos está llamando en este viaje de servicio. Disfruta el viaje.

Carisma Vicentino – El carisma es un don que logra el propósito de Dios. Los carismas edifican el Cuerpo de Cristo y nos dan la fuerza y ​​el poder de evangelizar. Los carismas ayudan a otros a conocer, amar y servir a Dios. Son dones dados a cada uno de nosotros para la salvación de los demás; qué tan bellos son! Quitamos la atención de nuestros propios sufrimientos mediante la celebración de una amistad de servicio a todos los necesitados. Servimos a Cristo en los pobres y él sirve a los pobres a través de nosotros. Es por la gracia de Dios. Nos ofrecemos para el servicio y Él está siempre con nosotros. Sólo bajo la gracia de Dios podemos con éxito hacer lo contrario de lo que estamos tentados a hacer. Sólo bajo la gracia de Dios somos capaces de salir victoriosos en nuestro caminar de santidad. Por la gracia de Dios, vivimos en la justicia y cambiamos el mundo que nos rodea. Seríamos nada sin su intervención. Uno de nuestros carismas es ayunar y orar. Oramos por la ayuda de la Santísima Trinidad, María nuestra Madre, nuestros santos vicentinos y todos los santos del cielo para ayudarnos a cuidamos y amar a los que servimos. Es justo pedirles en nuestras oraciones. El mérito de todo lo que hacemos viene de Dios. Soportemos fuertemente, nunca estaremos solos.

Recordemos al Papa San Juan Pablo II, el primer día de su celebración festiva fue la semana pasada. El 22 de octubre, Él realmente se preocupa por nuestro trabajo. Tenemos que dejar de pedir lo que el futuro tiene reservado, y tomar cada día como un regalo increíble de parte de Dios; lo que el día trae.

Bendiciones,

Lynn

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