Desde el principio Dios ha rodeado al ser humano de un amor especial. Y este amor tiene características paternas y, a la vez maternas. Dios es la fuente de todo bien; y por esto, en Él esta puesta la esperanza más profunda de toda persona. Él mismo quiere ser el bien definitivo para el hombre.
Lectio Divina. Domingo VIII, T.O.
Etiquetas:
0 comentarios