Nuestra celebración [del 350 aniversario de la muerte de San Vicente y Santa Luisa] en Manila fue verdaderamente impresionante e imponente. Participaron 12 obispos, más el Cardenal de Manila y el del Papa que nos dio un hermoso y conmovedor mensaje. La catedral estaba totalmente repleta hasta los pasillos, con la presencia de las diferentes ramas de la Familia Vicenciana.
El canto fue soberbio, con toda la asamblea participando el canto, conducida por un gran coro de 300 y una orquesta de cuerda. Los cantos eran hermosos, la mayor parte compuestos por nuestros misioneros de aquí y por las Hijas de la Caridad. La primera lectura fue hecha por una ciega que leyó en braille. El salmo responsorial fue cantado por cuatro niños del vertedero de Payatas. Todo fue en verdad impresionante y solemne. ¡Testimonio de la grandeza de Dios, de amor a San Vicente y a Santa Luisa, y de un colaboración dentro de la Familia Vicenciana!
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