Con ocasión del Centenario de la Aprobación Pontificia de la Asociación de la Medalla Milagrosa, el Superior General de la C.M. y de las Hijas de la Caridad, y Director General de la AMM escribe la siguiente carta de invitación a la celebración del Año Jubilar.CIEN AÑOS PEREGRINANDO CON MARIA, UNIDOS CON JESÚS EN LOS POBRES, POR MEDIO DE LA MEDALLA MILAGROSA
«Mi alma glorifica al Señor mi Dios»
Son las palabras que la Virgen Maria proclamó después del encuentro, misterioso y a la vez cercano, con su prima Isabel. La oración ya conocida por todos como el Magníficat.
Esta expresión de María manifiesta lo que sentimos todos los miembros de la Familia Vicenciana y, en particular, los miembros de la Asociación de la Medalla Milagrosa, en este Año Jubilar, en el que celebramos los cien años de reconocimiento pontificio como Asociación.
El 8 de julio de 1909, fue formalmente reconocida la Asociación que nació de las Apariciones de la Virgen María a Santa Catalina Labouré. A lo largo de estos cien años, en la Asociación de la Medalla Milagrosa se han constatado varios aspectos positivos en nuestro caminar junto con la Virgen María. Desde el principio, la Asociación ha sido una Asociación activa, donde su apostolado principal ha sido la oración para promover una mayor devoción a la Virgen María, Madre de Dios y Nuestra Madre. Ella es un ejemplo para todos nosotros de cómo vivir nuestra vida consecuente con las enseñanzas de su Hijo Jesucristo, siendo Ella misma la primera discípula de su Hijo. La Asociación ha desarrollado este apostolado de oración y evangelización a través de la sencilla visita domiciliaria donde, en un ambiente familiar, las personas de fe y de buena voluntad, van enamorándose de Nuestro Señor Jesucristo a través de la cercanía a su Madre María.
Desde hace muchos años, este apostolado de oración ha sido desarrollado vía varios medios de comunicación, principalmente el correo. Gracias a este medio se ha creado una enorme red, tanto a nivel nacional como internacional, que pone en comunicación a personas con una profunda devoción a la Virgen María. Sobre este largo periodo de cien años, caminando con María, también estas personas sencillas han contribuido, con sus pequeñas pero significativas donaciones, a las Misiones y promoción de los pobres en muchas partes del mundo.
En una época más reciente de la historia de la Asociación, se ha extendido un apostolado de servicio, en imitación de María, que hace la visita a su pobre prima Isabel, dándole la consolación que solo nuestro Dios de la Vida puede brindar a alguien en necesidad. Junto con este apostolado, se ha dado un crecimiento en el arte de amar al pobre y la Virgen María, representante principal del «anawin» del Señor, a través de la formación de los miembros de la Asociación.
Otro gran logro en la historia reciente, ha sido un mayor vínculo con el resto de la Familia Vicenciana; María de la Medalla Milagrosa es la patrona principal de toda la Familia. A través de su amor e intercesión para con sus hijas e hijos, cada vez más jóvenes son atraídos a la Asociación, compartiendo el mensaje mariano y el apostolado en favor de los pobres, a través de su testimonio de vida.
La Asociación ha dado respuesta a las nuevas pobrezas. Ha intentado favorecer proyectos de evangelización y de servicio para, con y desde la realidad de nuestros amos y señores los pobres. Como Asociación y como miembros de la Familia Vicenciana, es nuestro deseo seguir peregrinando con María, unidos con su hijo Jesús a quien vamos descubriendo con mayor profundidad a través de nuestra cercanía a los pobres.
Sin duda ha sido María de la Medalla Milagrosa, con su intercesión, quien ha favorecido nuestro caminar. Pedimos que Ella continúe acompañándonos en este Año Jubilar que se extenderá desde el 8 de julio del 2008 hasta el 20 de noviembre del 2009. Clausuraremos nuestro Año Jubilar con un tercer Encuentro Internacional que tendrá lugar en París, en la rue du Bac, de los días 16 al 20 de noviembre.
A lo largo de este año de jubileo, invitamos a todos los miembros de la Asociación de la Medalla Milagrosa, y otros miembros de la Familia Vicenciana, a desarrollar actividades para promover una mayor devoción a nuestra Madre María y el amor a los pobres, haciendo todo lo que hacemos para el mayor honor y gloria a nuestro Dios.
Dios les bendiga y felicidades en este Año Jubilar.
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