Celebramos ahora la Solemnidad de Cristo Rey, el año litúrgico llega a su fin. La Iglesia nos presenta una forma poco usual de monarquía: desde la cruz Jesús reina y le da entrada al «paraíso» a uno de los malhechores junto con quienes estaba crucificado. El Evangelio se revela contra todos los antivalores que configuran los reinados de este mundo.
Amigo de los pobres n. 82
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