Con más de 233 muertos y casi 100,000 evacuados que se atienden en aproximadamente 500 albergues distribuidos entre Guatemala, El Salvador y el sureño estado mexicano de Chiapas. En muchos lugares la Iglesia ha jugado un papel importante en la atención a los más vulnerables.

Tímidamente el sol vuelve aparecer después de varios días de constante lluvias que dejaron como resultado: decenas de muertos y miles de personas desplazadas a albergues temporales.
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Tapachula Chiapas, México quedó incomunicada cuando los puentes que le comunican con el resto de México y con Guatemala se quebraron. Prácticamente Tapachula quedó convertida en una isla, además que se perdieron más de mil casas de 35 colonias de ésta ciudad que es la capital comercial del Estado de Chiapas: noticierostelevisa

Desde Guatemala se informa de un derrumbe que dejó a más de 40 muertos, lo que subió el número de victimas en Guatemala a 126 personas.
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En El Salvador la tragedia se ha vivido con intensidad, unido a la erupción del Volcán Ilamatepec, en el occidental departamento de Santa Ana.
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Todo esto coloca a la región en una situación de catástrofe la cual fue declarada por los tres países afectados y que ha sobrepasado la capacidad de los gobiernos para poder responder con efectividad ante los estragos de la naturaleza. Como siempre la Iglesia Católica y otras iglesias cristianas han dado respuesta inmediata y efectiva, sirviendo como centros de albergue y brindando comida, ropa y medicinas.

El Papa Benedicto XVI ya envió su mensaje de solidaridad y bendición ante la calamidad aciprensa

Por eso pedimos su solidaridad con sus oraciones y apoyos que pueden ser canalizados por las mismas ramas de la Familia Vicentina.