Un chico de seis años que, tras una inspiración divina, decide traer amor,cariño, respeto y dignidad a todos a los que se rechazaron, es excepcional. Y a este chico va ayudando, desde 1991, la asociación UN RINCON DE COLOMBIA.Domingo I de Adviento, Año A: Is. 2, 1-5; Rom. 13, 11-14; Mt. 24, 37-44
Se lee en el sitio web de «Un rincón de Colombia»:
Todos hemos oído hablar de San Vicente de Paul (llamado Monsieur Vincent), también del médico Albert Schweitzer o, más cerca de nosotros, de Madre Teresa. Eran adultos, unos seres excepcionales que incitarón la donación de sí mismo, la caridad y la solidaridad humana. También eran profesionales, sea médicos, sea enfermeros. Sus acciones y su vocación les ganaron el reconocimiento del mundo entero.
Pero un chico de seis años, el cual, tras una inspiración divina, decide traer amor,cariño, respeto y dignidad a todos a los que se rechazaron, eso es excepcional. Y es este chico a quien va ayudando, desde 1991, la asociación UN RINCON DE COLOMBIA.
Y permítaseme sugerir que son las personas como Albeiro, mostrándose en vela y aprovechando de las oportunidades de paz y salvación, quienes realmente contribuyen a que la visión de Isaías se apresure hacia el fin, aquella visión de gente forjando arados de las espadas y podaderas de las lanzas.
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