Sor Žarka Julijana Ivasić nació el 18 de noviembre de 1908 en Krašić, en donde vivió antes de ingresar en el Convento de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl en Zagreb (Croacia) en 1931.
El crecimiento de la fe de Julijana y su elección de una vocación religiosa estaban firmemente arraigadas en la fe que presenció entre sus padres, su familia y su parroquia. Al elegir su vocación, Julijana siguió el ejemplo de su hermana mayor Terezija (Sor Hildeberta) y muchas otras chicas de su localidad.
Julijana recibió el nombre religioso de sor Žarka al ingresar al noviciado en 1932 y tomó sus votos perpetuos en 1936.
El servicio de sor Žarka a Dios y a la humanidad se concretó principalmente en su ministerio con enfermos. Después de servir en los hospitales de Gračac, Banja Luka y Petrinja, trabajó en el hospital de Otočac de 1939 a 1943.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el hospital de Otočac fue atrapado en el torbellino del conflicto militar. Sus pacientes vinieron de una diversas realidades, incluyendo a combatientes de las varias facciones que guerreaban. Sor Žarka se esforzó en tratar a todos por igual, sin prejuicios, de acuerdo con su vocación de Hermana de la Caridad, dando testimonio de Jesucristo amando a todo ser humano. Sin embargo, esta fue la razón por la cual las autoridades comunistas acusaron a sor Žarka y la sentenciaron a muerte por ahorcamiento.
Una petición de su Orden de que la condena se conmutase a una pena menor sólo logró alterar el método de ejecución, de modo que, el 16 de mayo de 1946, sor Žarka fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento en Gospić. Se encuentra enterrada cerca de la capilla de Santa María Magdalena en el cementerio de Gospić.
Sus últimos días en la prisión de Gospić, y la manera en que fue a su muerte, dejó a muchos testigos con imágenes de una cristiana valiente y devoto, una monja que se enfrentó a la muerte con una fe inquebrantable en el Señor. Las voces que dieron testimonio de la muerte martirial de sor Žarka continúan viviendo, inspirando la fe cristiana y el amor al prójimo.
Oración
Oh Señor, Padre compasivo,
que nos has enseñado, a través de tu Hijo,
que toda tu ley
consiste en el mandamiento
de amarte a ti y a nuestro prójimo,
y que en tu sierva, la hermana Žarka,
nos has dado un modelo de servicio dedicado
a pobres y enfermos
hasta la muerte en el martirio,
concédenos, a través de su intercesión,
que merezcamos el gozo de la vida eterna
amándote por encima de todas las cosas
y a nuestro prójimo como a nosotros mismos,
por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
de la Oficina de la Familia Vicenciana.
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