El arzobispo de Anchorage Roger Schwietz ha sido afiliado como miembro honorífico de la Congregación de la Misión, formalizando así una amistad espiritual que ha crecido y prosperado en la Arquidiócesis de Anchorage desde su llegada en 2001.

Una Eucaristía se celebró en la Co-catedral de nuestra Señora de Guadalupe el 3 de julio, proclamando formalmente la afiliación de Monseñor Schwietz a dicha orden. Monseñor Schwietz se sintió profundamente honrado por este gesto.

“En la Misa cuando este hecho fue anunciado, se dijeron tantas cosas increíblemente agradables, como las que se dicen de alguien una vez que se muere,” observó. “Fue muy bonito escuchar todo esto mientras estoy todavía con vida”.

Monseñor Schwietz dijo que el padre Gregory Gay, Superior General de la Congregación de la Misión, se interesó en Alaska, particularmente en los católicos de Anchorage, cuando los dos se reunieron en Roma hace unos años.

“Le expliqué cómo necesitábamos su apoyo, especialmente con nuestra evangelización entre la comunidad hispana,” relató el Arzobispo. “Quedó muy claro que los dos tenemos una comprensión similar del Ministerio. Finalmente, formalizó un equipo misionero.”

Este equipo ahora sirve en la Iglesia nuestra Señora de Guadalupe, que es Co-Catedral de Anchorage, ofreciendo la atención pastoral a los feligreses, siendo muchos de ellos hispanos.

La Comunidad Vicentina ya ha hecho un compromiso de largo plazo de mantener sacerdotes en la Arquidiócesis de Anchorage. Esta experiencia ha comenzado con el P. Andrew Bellisario quien se desempeña como párroco de la Catedral junto con su cohermano el P. Pedro Nel Delgado quien se desempeña como Vicario Parroquial. Se está a la espera de un tercer misionero Jesús Gabriel Medina, que muy pronto se unirá al equipo.

Fue a través de una carta en la que se hacía una evaluación del obispo, que los padres Bellisario y Delgado propusieron que Monseñor Schwietz fuese afiliado a la Congregación de la Misión.

Afirmaron que Monseñor Schwietz “demuestra una sincera atención y cariño para con los pobres y marginados, para con muchos inmigrantes y para con los pueblos indígenas de la frontera estatal de Alaska”. Que testificaban que Monseñor Schwietz «reflejaba claramente las cinco virtudes de la Congregación: humildad, sencillez, mansedumbre, mortificación y celo.”

No obstante siendo este honor tan reciente, la relación entre los Padres Vicentinos y la Arquidiócesis de Anchorage ha comenzado desde hace dos décadas. Pues su comunidad religiosa femenina, las Hijas de la Caridad, llegaron en 1999. Del mismo modo una rama laica de su comunidad, la Sociedad de San Vicente de Paúl también ha proporcionado asistencia tangible a las almas necesitadas, esto tanto a nivel parroquial como comunitario. En los últimos dos años, los misioneros vicentinos han comenzado el servicio de la Arquidiócesis, centrándose especialmente en la comunidad hispana.

“Tenemos, en el Estado, una enorme población hispana a quien nuestra Iglesia no había servido adecuadamente “, observó el Monseñor Schwietz.

Y le preocupa porque estos hispanos al no encontrar Parroquias católicas culturalmente relevantes, se han unido a las comunidades protestantes o simplemente no están viviendo su fe Católica.

En respuesta a esto, Monseñor Schwietz, ha propuesto que todos los seminaristas de Alaska aprendan español. Cuando los misioneros vicentinos llegaron a Alaska, Monseñor les dio el mandato no sólo de ocuparse de la Co-catedral, nuestra Señora de Guadalupe, sino también la de llevar su carisma misionero a la comunidad hispana centrándose en la promoción, la evangelización y el servicio.

Monseñor Schwietz aclara que su relación con la Congregación es un poco diferente a la que ya tiene con su propia comunidad religiosa, los Misioneros Oblatos de María Inmaculada.

“No tengo ninguna obligación con los misioneros vicentinos, pero sí me voy a beneficiar de su riqueza espiritual “. “No sólo seré recordado en sus oraciones mientras estoy con vida sino que también lo seré cuando me vaya”. Concluyó.

Monseñor cree que esta afiliación espiritual nutre los lazos de amistad que se han tejido entre los misioneros y su nueva misión en Alaska. Además anticipó que esta relación beneficiará espiritualmente a los habitantes de Alaska durante muchos años.

“Ayudará a fomentar el trabajo comunitarios de todos”, y agregó: “tengo una cierta convicción que le pertenezco a ellos”.

Tomado de http://www.catholicanchor.org/alaska-news/archbishop-receives-honorary-affiliation-with-vincentians/
Traducido por José Gregorio García, CM
Fuente:http://cmglobal.org/es/