El Dios de la vida, cuando habla, genera vida en cualquier situación y para cualquier persona. El Dios de la Palabra es también el Dios de la escucha, que atiende los gritos de auxilio de quien acude a Él. San Vicente dirá… amor afectivo y efectivo. Seamos misericordiosos como el Padre…
¡Caridad y Misión!
Chuno
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