Día de Oración y Ayuno Vicentino
martes, 6 de octubre de 2015
Año de la Vida Consagrada
Un Nuevo Comienzo – Túnel de la desesperación – Un Corazón Alegre – Espiritualidad Vicentina

Estimados Vicentinos: Fui a la adoración recientemente. Ya casi al cumplirse una hora, me di cuenta de que no había orado, no realmente. Sólo había estado sentada allí, haciéndole compañía a Jesús, una especie de espera con Él. ¿No debería haber rezado? Toda oración es contestada; no tenemos que ser llamativos. Nadie siquiera necesita saber que estamos orando, excepto Dios. Que tengan una buena semana llena de amor y energía. Oremos siempre por toda la Familia Vicentina, por nuestra juventud y nuestro amoroso clero, en su vida consagrada y por aquellos que están contemplando consagrase; por nuestros seminaristas y nuestro amoroso papa Francisco. Todos ustedes están en mis oraciones. Por favor, únanse a mí y a mi conferencia de San Miguel de la oración por una familia de refugiados que estamos ayudando. El varón adulto está muy enfermo y realmente en necesidad de apoyo en oración. Por favor, pídale al Beato Federico Ozanam, a San Vicente, a Santa Luisa de Marilac y a la Beato Rosalía Rendu. Necesitamos muchas oraciones para mantener a la familia en su casa y financieramente ayudar a esa familia, mientras que el marido está tan mal.

Bendiciones, Lynn

Un Nuevo Comienzo – Cuando le damos todo a Él, nos hacemos personas nuevas. En realidad es como deshacerse de la basura o hacer espacio en el garaje. Es una vaciado personal que le permite a Dios llenarnos, de forma gratuita, con el mejor combustible. Mi frase favorita es “¡Déjalo! que se vaya.” Creo que ahora hay una canción con ese título. Siempre ha sido una especie de mantra para mí. Sé que cuando guardo cosas dentro de mí, y las dejo así, terminan por quedarse. Incluso cuando no puedo hacer nada, me aferro. Así que me pongo a orar y a pedirle a Dios que me permita sacar mi basura. Él siempre lo hace, pero retiene esas cosas; las que yo pensé que eran basura, pero que él sabía que yo realmente necesitaba negociarlas con él. Vaciarnos personalmente es muy edificante. Uno de nuestros Consejeros Espirituales vicentinos es franciscano. Hace muchos años me oyó hablar y una cosa que dije fue una cita sacada de la oración de San Francisco. Siempre es un nuevo comienzo cuando somos un canal de la paz y cuando cambiamos las cosas que podemos y aceptamos las cosas que no podemos cambiar. Dios no ha llegado a su fin. Es bueno para todos nosotros llenarnos del amor de todos los Santos. Ellos son nuestra guía y, definitivamente, nos proporcionan un nuevo comienzo. Estos nuevos comienzos en nosotros, son regalos para todos los que nuestro Señor pone ante nosotros. Así, les podemos ayudar con sus nuevos comienzos.

Túnel de la Desesperación – Aquellos que servimos están tan a menudo en un túnel donde no hay luz, sólo hay desesperación. Nuestro primer papel como Vicentinos es el de mostrarles la luz. Estamos iluminados por la luz de Cristo. Tenemos a Dios en tres personas para ayudarnos a levantar a las personas puestas ante nosotros de sus pobrezas: física y espiritual. Nadie dijo que sería fácil, pero sin duda vale la pena probarlo. Cuando visitamos a nuestros amigos en necesidad, tratémosles como amigos. Nosotros somos los siervos y ellos son los amos. Nuestro objetivo es conseguirles la salida del túnel hacia la luz. Cuando los vemos como a Jesús, como a un amigo, el trabajo se hace un poco más fácil, pero todavía necesita tiempo, oración, paciencia y amor. Nuestra luz debe ser a través de toda la visita, tenemos que brillar para que vean el amor. Vimos el eclipse lunar desde la montaña, la semana pasada, y me hizo pensar en las familias que he servido que estuvieron y que, algunas, todavía están en las tinieblas. Ellos necesitan nuestra luz. Después de ver el eclipse, el cielo se iluminó con la

luna más brillante que he visto jamás. Se quedó brillante toda la noche. Traiga su luz para nuestros amigos

necesitados y atiéndalos como si estuviera sirviendo a Jesús. Siempre les dejarán con un sentimiento de amor y de luz al final de su túnel.

Un Corazón Alegre – Cuando veo o escucho estas palabras, pienso en ‘Servicios’ y me admiro de saber qué tanto se necesita. Un corazón alegre es más, mucho más. Es un tiempo para compartir todo lo que tenemos. El ‘compartimiento’ más grande es compartir a Jesús. Si tenemos en cuenta todo lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado, podemos empezar a entender que no hay nada que no se nos haya dado. Y una vez que sabemos que lo tenemos todo, es natural querer compartir con los demás. Llevemos siempre a Jesús en nuestro corazón a dondequiera que vayamos. Hagamos visitas domiciliarias con un corazón alegre. Traigamos nuestro corazón alegre para visitar los presos en las cárceles, los sin hogar en los albergues, los drogadictos en los centros de adicciones y en todas nuestras reuniones vicentinas. Nuestro corazón alegre nos permitirá compartir y ser positivos. Todos tenemos que ver corazones alegres en nuestras rutinas de día a día. Los Buenos Vicentinos tienen corazones alegres y siempre están dispuestos a compartir.

Espiritualidad Vicentina – Hace unas semanas, tuvimos una sesión de entrenamiento llamada “Día de Ozanam.” Nuestro orador principal, quien no es ajeno a los Vicentinos, fue el Padre Ron Ramson. Volví a leer su libro, “Orando con Federico Ozanam,” antes de ese día. Lo he leído muchas veces. Él dice: “La Espiritualidad Vicentina comienza con Jesús.” Al hacer le sigue el ser y a lo que hacemos le sigue lo que somos. Nuestro ser interior debe mostrarse en las acciones del ser exterior. Si seguimos a Jesús en el ser interior, nuestro ser exterior debe exhalar Espiritualidad Vicentina. Mucha gente me pregunta sobre la diferencia entre la espiritualidad y la Espiritualidad Vicentina. Siento que la diferencia estriba en que vemos a Cristo en los demás, pero entonces también somos un Cristo para los demás. Necesitamos abrazar a Jesús, enamorarnos y permanecer en el amor de Jesús. Su Espiritualidad Vicentina brillará. Somos diferentes, o deberíamos de serlo. No utilizamos el término los clientes, son Jesúses, nuestros amigos. Al servir a Jesús en los demás, no hay lugar para las protestas. Hacemos lo mejor que podemos con el amor de Cristo en nosotros. La razón por la que somos Vicentinos varían de persona a persona, sin embargo, la verdadera razón es que somos llamados por Jesús para amar y servir a los que están en la pobreza, física o espiritual. Ninguna obra de caridad es ajena y oramos y trabajamos para encontrar la sanación para los que están en una situación de pobreza. Esto lo hacemos con la oración, a Cristo en nosotros, y con nuestra Familia Vicentina detrás de nosotros. Abraza tu Espiritualidad Vicentina y deja que brille para que todos la vean.

Bendiciones,

Lynn