Día de Oración y Ayuno Vicentino
09 de septiembre 2014
Cruz y Corona – Ojos del Discurso – Familia de los Siervos – Servir con Autoridad

Hermanos y hermanas vicentinas: Estimados todos: otoño ya está sobre nosotros y el asunto comienza de nuevo. No hay que estar tan ocupado que no nos quede tiempo para orar y reflexionar. La oración es lo que nos lleva a través de los trabajos más duros y nos trae alegría cuando estamos ocupados haciendo la voluntad de Dios. Oremos siempre por el clero, los seminaristas, el Papa Francisco y nuestros jóvenes. Oremos por los miembros de la Familia Vicentina. Somos uno en la lucha contra la pobreza, luchando, un caso cada la vez, con la ayuda de Dios. A todos los he tenido en mis oraciones esta semana, mientras me dirigía de mi casa de mi retiro de verano, en las montañas, a la vida de la ciudad, de mi familia y mis amigos. Hay mucha emoción mientras volvemos a la rutina y al servicio. Caminemos juntos en nuestras diferentes áreas, pero con el mismo objetivo de amar y servir a los más pobres. Jesús nos ayude. Amén!

Cruz & Corona – Para seguir a Jesús y ganar la corona, también tenemos que llevar la cruz. No hay corona sin cruz. A veces buscamos el camino más fácil, pero Jesús nos dice que debemos tomar nuestra cruz y seguirlo. Se hace más fácil y significativo con Jesús. Cuando queremos más, oramos, servimos y sentimos el toque amoroso de Jesús. Siempre llevemos nuestras cargas a él. Él quiere que tengamos la corona cuando se lleva a cabo nuestro trabajo. La próxima vez que te encuentres con alguien cuya cruz es tan pesada, ayúdale a llevar la cruz y rezar. Mientras viajas con el alma que se ha perdido, piensa en Jesús en cada paso y viaja con amor, paciencia y orientación. Al servir, usted está sirviendo a Jesús y la persona a la que sirves verá a Jesús en ti; no te rindas. A veces tenemos que viajar más para ayudar a otros a cargar con sus cruces. Sé que es lo correcto y reconocer que nunca estás solo. Padre, Hijo y Espíritu Santo están viajando con nosotros y nuestras cruces que nos lleva a la corona.

El Mensaje en la Mirada – Piense por un minuto cómo se sintió María cuando vio a su Hijo sufriendo, que no podía hablar. Una vez le pregunté a mis hijos de la escuela dominical: ¿cómo se comunicó María con Jesús? Ella habló a través de sus ojos, pero ¿qué dijo? Algunas respuestas: «Te amo”. «Aguante mi hijo!«, pero lo mejor fue «Siga adelante!» También nosotros, debemos seguir adelante. María sabía que el final estaba cerca, pero observó en agonía y en fe profunda. Sus ojos estuvieron hablando con Jesús hasta su muerte – la muerte en una cruz. Nosotros también, tenemos que dejar que nuestros ojos le hablen a los necesitados. Ellos deben decir palabras de amor y esperanza. A veces nuestros ojos cuentan una historia diferente. Tenemos que llevar a Cristo en nuestros ojos, para que otros puedan oír el gozo de su presencia a través de nuestros ojos. Los ojos de María gritaron amor y aliento a su Hijo y El oyó sus ojos.

Cuando visitamos a los presos, a los hambrientos, a los privados, a los confundidos, a los enfermos, a los frustrados y solitarios, debemos hacer que nuestros ojos griten de alegría, esperanza y amor. Que digan, «sigamos adelante, yo estoy contigo, y lo podemos hacer juntos”.

Familia de Siervos – Somos una familia de siervos. Parte de nuestro servicio es para levantar a aquellos a quienes servimos a vivir una buena vida. Estamos a favor de lo que es santo, justo y damos vida. A veces nuestro trabajo es levantar a los demás de su pecaminosidad y sin juzgar. Leamos los Evangelios y aprendemos de cómo Jesús trató con el pecado. Podemos animar a la gente de a vivir una vida mejor. Tenemos las herramientas y el apoyo. Dé a aquellos a quienes servimos el don de la amistad. Dios ha puesto a los que servimos en nuestras vidas por una razón. Ellos son Su regalo para nosotros y siempre deben estar presentes y ayudar de diferentes maneras. Debemos seguir tratando de sanar al pecador y necesitamos las oraciones de nuestra familia Vicentina para lograr el éxito. Visitemos en parejas y oremos antes de la visita y después. Nunca estamos solos y el éxito pertenece a Dios. Nuestro trabajo es estar allí para soluciones de apoyo y de oferta que podrían cambiar el rumbo de sus vidas con Jesús a nuestro lado. Cuando hemos hecho todo lo posible para ayudar en vano, entonces podemos alejarnos, pero siempre seguir orando. Contamos con nuestra Familia Vicentina para rezar con nosotros. Somos una familia de siervos que dependen de la oración y la presencia de Dios. Nunca estamos solos.

Servir con Autoridad – El mundo está lleno de gente agradable. Si usted no puede encontrar uno, sea uno. Oremos por la sabiduría de Jesús para que podamos servir con autoridad. Siempre me ha parecido interesante cómo la Escritura dice: Jesús hablaba con autoridad. Venía del Padre. En ninguna parte se habla de otras personas que hablan con autoridad. Tomo el reto de Mateo 15 para servir con autoridad. No somos Jesús, pero podemos aprender cada día de él y aprender a servir con autoridad. Servimos con ninguna expectativa. Servimos con amor. Lo hacemos porque es lo correcto para hacer. Siempre tenemos la Trinidad con nosotros y tratamos de tener su amor en nuestros corazones cuando servimos. Es algo para pensar y orar. Somos las manos y los pies de Jesús, sirviendo a Jesús. Si no sabemos esto, no hay autoridad. La autoridad le pertenece a Dios y nosotros somos sus siervos. La gente va a reconocer esto cuando sienten la presencia de Jesús.

Oremos los unos por los otros y por aquellos a quienes servimos. Oremos hacemos la diferencia. Celebremos los cambios dando gracias a Dios.

Bendiciones,

Lynn